¿Alternativas a la electrificación? La bioenergía amplía su alcance como opción para descarbonizar la economía
Editorial de Javier Díaz, presidente de AVEBIOM, en la revista Biomasa News nº10. Otoño de 2024
La electrificación de la economía resuena en los oídos de los ciudadanos de la UE como la solución preferida por nuestros responsables políticos para que podamos cumplir los objetivos climáticos y de rebaja de las emisiones comprometidos para 2030 y en última instancia en 2050.
Siendo viable para una parte importantísima de nuestras actividades cotidianas, en otra no menos significativa es difícil o incluso materialmente imposible suministrar con electricidad ciertas necesidades energéticas, como el transporte marítimo, el aéreo o la industria pesada, por citar algunas.
Y es precisamente para cubrir esta dificultad donde las tecnologías de la bioenergía se descubren capaces de ofrecer soluciones eficientes para descarbonizar estas y otras actividades garantizando, por supuesto, que cumplen los estrictos requerimientos medioambientales que impone nuestra legislación comunitaria, amén de la imprescindible y bien contrastada eficiencia tanto energética como económica.
Estrechando lazos entre los distintos ámbitos de la bioenergía
Desde la Asociación Española de la Biomasa estamos estrechando lazos con otras organizaciones del sector de la bioenergía como las que representan a los productores de biocombustibles líquidos (bioetanol, ETBE y otros), perfectamente posicionados para sustituir a los combustibles fósiles utilizados en el transporte con gran rapidez y eficacia por su fácil integración en la infraestructura existente; también con los productores de biochar, un material obtenido de procesos como la pirólisis de la biomasa, capaz de secuestrar y almacenar el CO2 por dilatados periodos de tiempo y que está aumentando su implantación en el mercado de compensación de carbono y también en aplicaciones agrícolas.
Y, por supuesto, con agentes que están contribuyendo al desarrollo del biogás y el biometano o el biometanol, que deberán sustituir al gas natural y otros combustibles fósiles e incluso tener un rol destacado en la eliminación de CO2.
Así, ya estamos viendo cómo industrias de todas las esferas ponen en marcha proyectos, algunos de gran calado, para sustituir los combustibles fósiles por distintas formas de la biomasa. Sectores como el agroalimentario, el químico, el papelero o el de la madera muestran y demuestran que la bioenergía es una opción técnica y económicamente viable, como ocurre también en ámbitos como el de las redes de calor, que en nuestro país suman ya cientos de miles de viviendas y edificios de servicios y han borrado del mapa otros tantos miles de instalaciones de calefacción que utilizaban combustibles fósiles.
En un futuro, y más si a esto le unimos la inyección de biometano en las redes de distribución de gas fósil, conseguiremos eliminar de las poblaciones cientos de miles de toneladas de emisiones perjudiciales para la salud y seguir avanzando en la lucha contra el cambio climático.
Por nuestra parte, seguimos apuntalando el crecimiento de la bioenergía con la celebración de la cuarta edición del SALÓN DEL GAS RENOVABLE y del 17º CONGRESO INTERNACIONAL DE BIOENERGÍA los días 1 y 2 de octubre de este año, y de la feria EXPOBIOMASA, en mayo de 2025. El número de empresas mostrando tecnologías innovadoras basadas en biomasa sigue creciendo y gracias a ellas seremos capaces de cumplir con nuestros objetivos para 2030 y 2050.