La importancia de la lubricación en las peletizadoras
La lubricación de los rodillos de las peletizadoras es clave pare el buen funcionamiento del equipo, por lo que hacerlo bien puede evitar muchos dolores de cabeza al productor. Total Energies explica pormenores y consejos para esta fase del mantenimiento
Uno de los momentos críticos en la fabricación de los pellets de madera es el de la transmisión de la potencia generada por el motor a los rodillos para que empujen la pasta de madera a través de los orificios de la matriz y obtener los pellets.
Para que esto ocurra satisfactoriamente, los rodamientos son fundamentales, pues se encargan de reducir la fricción entre el eje y los rodillos, consiguiendo así transportar toda la potencia minimizando la pérdida de energía.
Encontramos rodamientos en un sinfín de máquinas y procesos industriales; se trata de componentes muy fiables capaces de sobrevivir al equipo en el que están instalados. Sin embargo, en las peletizadoras no es así: periódicamente es obligado detener la producción y cambiarlos debido al desgaste o, en el peor de los casos, rotura.
El desgaste de los rodamientos en la fabricación de pellets es mucho más elevado que en otros procesos industriales. Para explicarlo, hay que coger la lupa y meterse dentro del rodamiento. Ahí encontramos un ambiente muy hostil: los rodillos giran a gran velocidad; la presión necesaria para hacer pasar la madera por la matriz es enorme; y, además, debido a las grandes fuerzas y al rozamiento se alcanzan temperaturas muy elevadas, que pueden superar los 100ºC. Teniendo en cuenta todo esto, nos encontramos con la tormenta perfecta para que todo vaya mal; lo realmente espectacular es que podamos trabajar más de unas horas sin que se estropeen los equipos.
Doble papel del lubricante
Es aquí donde entra el juego el lubricante: los rodamientos se diseñaron para reducir la fricción, pero necesitan de una grasa que minimice las fricciones generadas dentro de los propios rodamientos. Esta grasa forma una finísima capa protectora entre las partes móviles del rodamiento que impide el contacto metal-metal y lo protege del colapso. Pero, además, tiene que ser capaz de transmitir toda la potencia a los rodillos de la peletizadora para evitar pérdidas de energía.
Por este motivo, la correcta lubricación de los rodillos es un factor clave que afecta al buen funcionamiento de la peletizadora: esa fina capa de lubricante es lo único que protege al rodamiento y es la encargada de transmitir toda la fuerza a los rodillos para que puedan trabajar.
Si conseguimos dosificar la grasa en su justa medida y usar un lubricante adecuado, capaz de resistir a la “tormenta perfecta” en la que están envueltos los rodamientos, se pueden conseguir importantes ahorros en todo el proceso.
Realizar pruebas para lograr ahorros
Tras varios años haciendo pruebas, he podido comprobar cómo un cambio de grasa ha logrado alargar la vida útil de unos rodamientos de 400 a 1.500 horas de trabajo. En este caso, la alegría fue doble: primero, porque a partir de entonces tendría que comprar un 70% menos de rodamientos y, segundo, tendría que detener la producción para cambiar los rodamientos un 70% de veces menos.
Además, esa fina capa que se forma para proteger el rodamiento también ayuda a amortiguar las vibraciones, haciendo que la matriz y los rodillos sufran mucho menos. Finalmente, destacar una última variable dependiente de la lubricación: el consumo eléctrico. La grasa contribuye a transmitir la potencia hasta los rodillos, por lo que cualquier optimización de ese proceso se verá reflejada en la factura de luz.
Mi consejo es probar las distintas opciones de lubricación, midiendo y evaluando los resultados. Se trata de una tarea engorrosa pues hay que estar pendiente de los niveles de dosificación, controlar el desgaste de los componentes, el consumo eléctrico, etc, pero solo así podremos valorar los beneficios.
Reducir la prueba a un “va bien” o “va mal” implica perder la posibilidad de encontrar una forma de trabajo que nos ahorre mucho dinero y muchos imprevistos. A modo conclusión, la mejor forma de encontrar un buen lubricante es probar y medir.
Sergio Quiroga
Ingeniero de aplicación de Lubricantes Industriales
TOTAL ENERGIES