Trabajar con biomasas de diferentes densidades y características (astillas, hueso de aceituna, serrín…) genera dificultades para regular su alimentación a caldera, lo que puede dañar los equipos y reducir su eficiencia.
Un algoritmo diseñado desde el Centro de Biorrefinería y Bioenergía (BIO2C) de CENER reduce el tiempo que tardan los sistemas en alimentar un caudal concreto de biomasa y aumenta su estabilidad y precisión.