Los jarales son formaciones arbustivas que ocupan una superficie nada despreciable del paisaje ibérico, extendiéndose sobre alrededor de 3 millones de hectáreas. En España, estas formaciones vegetales, dominadas principalmente por especies como la jara pringosa (Cistus ladanifer) y la jara estepa (Cistus laurifolius), pueden convertirse en una interesante fuente de bioeconomía, aunque en la actualidad apenas se aprovecha el 1% de la superficie.